10 ene 2009

La fórcola veneciana

Venecia es desde hace años una de mis pasiones, no sólo viajero-literarias, compartida con escritores que frecuento como Joseph Brodsky, Javier Marías o Mauricio Wiesenthal, sino verdadero icono de referencia como editor: Aldo Manucio, uno de los padres de la edición, tuvo casa, imprenta y librería en una de sus calles. La inspiración veneciana propició el nacimiento de Fórcola Ediciones, y la fórcola es, desde su fundación, su logotipo. La fórcola es un tipo de horquilla utilizada en la boga veneciana (técnica particular de remo que se desarrolla en el área de la Laguna de Venecia y en sus zonas limítrofes, en la cual un solo remero, con uno o dos remos, puede ser suficiente para hacer avanzar la embarcación). La fórcola, hecha de madera dura y tallada con minuciosidad, se trabaja de forma artesanal, sobre una curvatura natural del árbol, por lo que no hay dos fórcolas iguales. La fórcola que hoy en día conocemos es el fruto de la evolución de la boga veneciana durante siglos. Tiene el aspecto de una escultura, y de hecho muchas personas, venecianas o no, tienen una en su casa imitando su forma. Una experimentación de siglos ha conseguido que las formas de este tipo de aparejos sean realmente elaboradas. Cada curva, cada ángulo, cada inclinación tiene una función bien precisa en la economía de la palada. (Agradezco a mi amiga Mar Velasco la transcripción del italiano de alguno de estos detalles). El diseño de la fórcola depende del uso de precisos contornos y perfiles que cambian en función de la tipología de la embarcación y de la posición de boga a la que son destinadas. El material utilizado para la cosntrucción de las fórcolas es la madera. Las piezas favoritas de los remèri (artesanos constructores de fórcolas y remos) deben responder a las características de notable dureza y elasticidad. Existen así fórcolas de nogal, de peral o de cerezo. Sus curiosas formas y su ancestral historia, como objeto singular y único en el mundo, me inspiraron para bautizar la editorial, pero no era fácil encontrar un logotipo. Desde el principio busqué la manera de hacerme con él, sin tener que recurrir a la habitual salida tipográfica. La solución artística del logotipo la logró Jose Benito, sobre un modelo de mi mujer. Jose Benito, diseñador y dibujante, ha logrado recuperar la estilidad de la pieza y su inspiración marinera, aunándola con la rudeza de la madera con la que se fabrica y la fuerza del nombre, en esdrújula ritunda. El resultado, el azul marinero de la Laguna sobre el blanco marmóreo de Santa Maria della Salute, recoge todo el espíritu veneciano en el que la editorial se inspira. Jose Benito es a su vez el ilustrador del primer cuento ilustrado que he publicado, Leo, el Dragón lector.

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